5 sept 2007

Decálogo





Para la mujer

1. No sea extravagante.
2. Mantenga la casa bien limpia
3. No se deje estar hasta perder todo encanto y atractivo
4. Pero tampoco busque llamar la atención de otros hombres
5. No se oponga a la disciplina del padre con respecto a los hijos.
6. No pase todo el tiempo con su madre
7. No escuche a vecinos ni amigos cuando se trata de su intimidad
8. No subestime a su marido
9. Sonría, sea amable
10. No hable siempre de asuntos domésticos.

Para el marido

1. Sea generoso con sus ingresos
2. No intervenga en los asuntos de la casa
3. Esté de buen ánimo. Nada altera más a una mujer cansada que la llegada de un marido taciturno
4. Trate a su mujer con respeto
5. Cortéjela
6. No la reprenda
7. No elija vivir cerca de su familia ni de la familia de su mujer
8. No acepte pensionistas
9. Cuide su presencia y esté siempre aseado.
10. Sea bueno y justo con sus hijos
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A mí me da qué pensar. Debe tener alrededor de sesenta años y está en francés pero el diario era local. En el reverso se lee parte de una nota sobre la temporada del Teatro Colón. Venía doblado prolijamente dentro de la libretita que lo acompañaba en sus viajes, donde anotaba algunas direcciones útiles en Paris o la fonética de algunas palabras japonesas para abordar a una mujer. No tengo muchos recuerdos del abuelo. Me veo de su mano, minúscula, paseando por el Rosedal y tan compuesta como muñeca de torta. A la usanza, zapatos guillermina, zoquetes con puntilla, impecables tirabuzones, moño de cinta falletina y tapadito con cuello bebé. Llevo guantes, un globo de gas y cara de lela. Como salida de un figurín europeo. Él trajeado, con paletot, sombrero de fieltro y aire de bon vivant. Quien sabe si la instantánea es real o proviene de alguna de las tantas fotos que guarda la familia. Murió prematuramente y cuando nadie lo esperaba. Inmediatamente después de su último viaje por el mundo. No recuerdo su voz, ni su mirada, ni una caricia. Recortó la columna y la guardó.

3 comentarios:

Ingrid Proietto dijo...

Para la mujer

1. No sea extravagante. (Acá hago agua).
2. Mantenga la casa bien limpia. (Ahora no solo hay que mantener la casa limpia, sino mantenerla literalmente (impuestos, gastos, etc.). No hay nada que hacer: hace 60 años se la pasaban mejor).
3. No se deje estar hasta perder todo encanto y atractivo. (Tocada).
4. Pero tampoco busque llamar la atención de otros hombres. (Se me hunde el Titanic).
5. No se oponga a la disciplina del padre con respecto a los hijos. (Los que se oponen hoy son los hijos, la opinión del padre ni les llega y la de la madre no le importa a nadie, ni siquiera a ella misma).
6. No pase todo el tiempo con su madre. (Dios no lo permita).
7. No escuche a vecinos ni amigos cuando se trata de su intimidad. (Estoy sorda).
8. No subestime a su marido. (¡Ni en pedo!).
9. Sonría, sea amable. (No hago otra cosa).
10. No hable siempre de asuntos domésticos.(Solo lo necesario, es que el precio de la papa me tiene loca; ni hablar de los zapallitos).

Para el marido

1. Sea generoso con sus ingresos. (Mejor sería que los ingresos sean generosos con los maridos).
2. No intervenga en los asuntos de la casa. (Y si interviene que sea para hacer la cama, lavar los platos, limpiar el baño y punto).
3. Esté de buen ánimo. Nada altera más a una mujer cansada que la llegada de un marido taciturno. (Llega un momento de la vida conyugal en que no importa de qué modo el marido llegue, solo que llegue es suficiente para alterar el ánimo de cualquier mujer, cansada o descansada).
4. Trate a su mujer con respeto. (Trate a las mujeres con respeto, que después con la suya le va a salir solito).
5. Cortéjela. (Bueh...).
6. No la reprenda. (Ni se le ocurra, a menos que quiera irse a la cama sin postre).
7. No elija vivir cerca de su familia ni de la familia de su mujer. (Y si puede elegir vivir lejos de ella, nada la haría más profundamente feliz).
8. No acepte pensionistas. (Acepte pensionistas jóvenes y bien dispuestos, que sean amables, sonrían siempre y no reprendan ni respeten a su mujer).
9. Cuide su presencia y esté siempre aseado. (No pretenda que también ella tenga que ocuparse de ello).
10. Sea bueno y justo con sus hijos. (Sea padre de sus hijos, con eso tiene implícito lo demás).

Gracias, Rachel. Flor de recuerdo para compartir.

Anónimo dijo...

Pocas cosas resultan tan familiares y tan ajenas al mismo tiempo, como para mí lo es este decálogo.¿Por qué lo habrá guardado? ¿Para qué lo llevaba consigo? Porque no es lo mismo lo que se es, que lo que se quisiera ser, que aquello que debiera...
Quizás el decálogo sea un anzuelo para los que íbamos a husmear en sus pertenencias o quizás fuese también como la carta robada: lo que tanto buscamos estaba allí , en la libreta personal del abuelo.

Gladys dijo...

Mucho tiempo guardé esa libretita amrillenta por los años y dentro de ella guardado ese decálogo tan simpático y gracioso que evidentemente perteneció a otra época y leerlo hoy resulta cómico.Yo soy la hija de ese abuelo que dejó un sello muy marcado de su """savoir faire"" y de sus ansias de ""bon vivant""como dice mi hija Raquel que guarda esa libretita que un día yo le entregué.